Hace muchos años tuve un zapatero que me hacía completar un papel para el servicio previo el lustrado.
El papel decía, palabras más o menos “Aquí se hacen trabajos rápidos, buenos y baratos. Escoja 2 y el tercero no se cumplirá”
En otras palabras:
- Si es rápido y barato no es bueno
- Si es rápido y bueno no es barato
- Si es barato y bueno no es rápido
Y considero que hoy en día, esto mismo pasa con las empresas. Sin embargo, la exigencia del cliente se ha refinado, y en verdad es necesario cumplir con los tres atributos aquí descritos, pero ¿cómo?
Bueno: Sin discusión el producto o servicio debe ser no solo bueno sino el mejor. Inclusive el único. Cuando eso sucede estamos por buen camino. Para lograr esto es obligatorio conocer a fondo al cliente y preocuparnos no solo del producto o servicio sino todo lo que lo involucra, tal es el caso de:
- La comercialización
- La presentación
- El servicio pre y post venta
- La personalización del producto o servicio con el que lo compra
Rápido: Sucede cuando se logran 2 factores clave.
- Primeramente toda nuestra cadena de valor (íntima relación entre nuestra organización con sus clientes y proveedores) está integrada en algo similar a un sistema nervioso digital, que permite reaccionar de forma instantánea a las variaciones que suceden en el medio ambiente. De esta forma, cada miembro de la cadena puede notificar y dar solución a situaciones imprevistas, permitiendo cambiar un componente de un proveedor por otro por ejemplo.
- En segundo plano ese mismo sistema nervioso digital existe al interior de la organización, donde la gente, los procesos y la tecnología cohabitan sin fronteras y reaccionan al instante cuando hay un imprevisto o fallo en el flujo de procesos tradicional. Para ello la digitalización de todos los procesos y su continua comunicación, el uso de sensores, etcétera permitirán lograr ese tipo de agilidad
Barato: Cuando se reducen los costos tan significativamente gracias a las eficiencias ganadas con los 2 puntos anteriores logramos como consecuencia una reducción en los costos directos e indirectos de un producto o servicio, los cuales pueden ser reflejados hacia el consumidor final. En pocas palabras, el atributo de “barato” es una consecuencia de hacer los trabajos y operaciones rápido y bien.
Como podemos ver, lograr hacer que la operación y el negocio sea bueno, rápido y barato es controlable y en especial medible en cada punto del ciclo del negocio, desde el diseño hasta su ejecución y control.
Una respuesta a “¿Negocios veloces?”