
Es muy importante que te familiarices con este término que significa de manera sencilla el fenómeno que indica que mientras más cerca estés física o psicológicamente de otras personas, es más probable establecer una relación o conexión amistosa y/o sentimental.
Piénsalo… ¿cuántas de tus amistades antes de serlo eran tus vecinos, vivián cerca o iban en el mismo salón de clase? ¿te has dado cuenta de que en las grandes ciudades existen más oportunidades de conocer potencialmente a más personas en diversos sitios como el trabajo, transporte público, etc.
Así, pues, si se vive en una gran ciudad, con muchas personas, este fenómeno de proximidad genera oportunidades de relacionamiento.
Esta proximidad en términos físicos sucede en los negocios cuando ves en una reunión a un cliente o se reúnen para comer. O cuando en un edificio de oficinas una compañía de abogados y otra de computadoras están como vecinos, y la probabilidad de que el despacho de abogados sea cliente de la empresa de computadoras y viceversa es casi inminente.
El fenómeno de propincuidad tiene 3 principios:
- Mientras más cercano eres de otra persona, es más probable que te agraden
- Mientras más ves a alguien, es más probable que sientas algo positivo de esas personas
- Mientras más similitudes se compartan con alguien, y más frecuencia se tenga en encontrarse, más rápido se agradarán mutuamente
Lo único que invalida lo anterior es que alguna de las dos personas sea desagradable, incómoda, arrogante, etcétera.
Sin embargo, este fenómeno también se puede aprovechar en los negocios sin el contacto físico.
Así, por ejemplo, si un prospecto lee un post en un blog en el que se habla de algún producto o servicio, está teniéndose un “choque” o equivalente de contacto “físico” con tu empresa. En pocas palabras internet ofrece propincuidad al contestar en un foro una opinión a otra persona, escuchar un podcast o intercambiar un correo.
En pocas palabras, cada “choque” es una oportunidad de relacionarse de forma personal, incluso sentimental y aprender algo acerca de ti, de tu empresa, de tu visión de negocios, etcétera.
Y, esa oportunidad de aprender algo de tu empresa o de ti es lo que hace la propincuidad tan efectiva más allá de la mercadotecnia convencional a manera de simples anuncios que no le enseñan nada a quien está expuesto a ellos.
Esto quiere decir que, para que la propincuidad en internet (o donde sea) funcione, es necesario que la persona que está expuesta a tu información aprenda algo nuevo que despierte su interés o de lo contrario, esa persona jamás se convertirá en cliente.
Podemos resumir el “camino de la propincuidad» en 4 claras etapas:
La primera de ellas es el hacer (1)CONCIENCIA en una persona para posteriormente pasar a la parte de (2)CONOCMIENTO donde aprende algo nuevo de ti y si fue de valor o interés se provocó (3)GUSTO en tu mensaje que como conclusión hace lógico el interés de (4)COMPRA.
Esto es muy diferente a meramente la frecuencia monótona de anuncios, que no da nada ni explica nada ni deja aprender nada nuevo lo cual solo cansa y en general, salvo que la persona esté buscando por casualidad eso, no se convertirá en una venta. Y, es aquí donde se dan los principales conflictos de privacidad pues puede brincarse a que, “casualmente” te aparezca un anuncio de algo que tu mencionaste porque determinada aplicación en tu teléfono móvil tenía la habilidad de escucharte y presentarte esa información sin tu autorización o interés explícito.
Como conclusión puedo asegurarte 3 puntos:
- Para construir nuevas y renovadas relaciones de negocio, se debe de tener afinidad y construir múltiples interacciones de valor.
- Comerciales vacíos, nada de aprendizaje o falta de entendimiento de cómo tu producto o tu servicio es de valor no generará fácilmente la propincuidad.
- Repetir algo cientos de veces de ninguna manera puede compararse con el contenido que de forma gratuita le aporta conocimiento a una persona y para esa persona ese conocimiento es de importancia.