En más de una ocasión he hablado de cómo la tecnología nos pone en riesgo, y ésta no es la excepción.
Tal es el caso de la epidemia que experimentamos hoy en día con las patinetas eléctricas o “Scooters” en inglés.
Encontramos a una gran cantidad de niños y jóvenes en centros comerciales, plazas públicas, banquetas, en fin, hasta en pistas para correr (de las de a pie, a la antigüita) con estas porquerías.
La noble idea detrás de estos artefactos no tiene ninguna lógica.
Para empezar, me he encontrado con más de un video viral que muestra cómo ciertas marcas que copian la tecnología o más bien la piratean y producen equipos mal logrados llegan a incendiarse en la primera carga de energía.
Esto conlleva un riesgo, pues si el incendio ocurre en una casa sin supervisión, ya ni lo cuento, y si sucede en el interior de un avión en vuelo, pues algo peor.
Pero no para allí el problema…
Los jóvenes pilotos de estos productos son inexpertos, traviesos y carentes de criterio en la mayoría de las ocasiones. Por otro lado, estos aparatos pueden avanzar a velocidades de 8 a 10 kilómetros por hora. El peso máximo promedio que soportan es de 85 a 90 kilogramos. Por lo anterior, un golpe a una persona que está parada y es golpeada por sorpresa por la espalda por una persona que pesa 80 kilos y va a 10 kilómetros por hora tendrá una fuerza de unos 200 newtons, en pocas palabras, un impacto razonablemente severo, que, dependiendo del peso de la persona con la que choca puede provocar desde un empujón fuerte hasta la fractura de un hueso o un esguince resultante del “chicotazo” que de su cuello.
Todo lo anterior además genera stress de todas las personas que deben de estar esquivando a los tipos encima de uno de estos “juguetes”.
Sin embargo, también hay consecuencias para los poseedores de estas patinetas y por igual para sus papás.
En la inmensa mayoría de los casos he visto que no usan cascos para proteger las cabezas, y no quiero pensar en caso de desequilibrarse que pasará cuando azoten pegando con la cabeza primero.
Ojalá y el problema fuera que así como van de rápido en realidad quisieran hacerlo a pie, pues estarían corriendo casi a todo lo que dan o más. Pero por el contrario todo lo que ocurre es que ahora son sedentarios no solo al estar jugando los estúpidos juegos de consolas o computadora, sino que encontraron la forma de seguir siendo sedentarios al desplazarse. Si esta moda persiste veremos que la obesidad infantil y juvenil se disparará aún más en gente que ya ni camina.
Pero por último, y si he fallado en transmitirte mi descontento por este tipo de artefactos, me remito al aspecto de seguridad, pues ahora resulta muy fácil estimar la propensión de ser una víctima de secuestro o robo en los padres que decidieron comprarle a sus hijos estas patinetas eléctricas, aquí la lógica:
- Cada patineta de éstas tiene un precio de entre $6,000 y $10,000 pesos.
- 2 hijos = a un promedio de $16,000 pesos.
- Poder pagar de contado esto implica
- Un sueldo de no menos de $60,000 pesos mensuales pagados de contado
- Una capacidad de crédito de unos $100,000 pesos
- Con los datos anteriores un delincuente sabe que exigir o qué capacidad económica tienen los padres. Es similar a manejar un auto de lujo, en vez de un modelo austero… ¿quién crees que tiene más riesgo?
Mi conclusión es: No admiro en nada esta tecnología. Me sorprende lo ridícula que puede ser la presión de un menor para convencer a sus padres por bullying de marca, por estatus o por mera flojera el que adquieran este tipo de accesorios que no traen nada bueno. Así es: NADA.
Espero cuando menos que los espacios públicos vayan restringiendo en centros comerciales, banquetas y demás espacios para peatones que se permita el uso de estas cosas.
Y de no ser así… Próximamente todos tendremos que usar cascos y espejos retrovisores al caminar por si acaso una personita decide atropellarnos…
Con mucha razon
Que educación le dan los padres a los hijos para adquirir algo que es muy costos y Hace inútiles a la gente.
Me gustaMe gusta