El poder de un servidor local en tu negocio

En las empresas donde no se cuenta con un especialista de informática de planta es común que la persona que ocupa la dirección general decida sobre toda adquisición, incluida la tecnología. Es por eso por lo que en esta ocasión quiero abordar de manera profunda criterios muy concretos sobre la necesidad (o no) de contemplar adquirir un servidor local, esto es, un equipo informático que permite atender a múltiples personas al mismo tiempo y operar aplicaciones críticas de un negocio que por su naturaleza son centralizadas, como es el caso de los sistemas administrativas o el correo electrónico de la empresa, por dar solo algunos ejemplos.

Y es que hoy en día, no solo hay muchas opciones para decidir, sino que además existe la alternativa de operar todo en la nube de internet, lo cual termina por complicar más qué hacer.

Para ello, he definido 5 criterios.

Criterio 1: Respetar la curva de aprendizaje

A menos de que el objeto del negocio sea la venta de tecnologías de la información, lo común es que un servidor es una herramienta más de trabajo y dentro de la empresa lo ideal es que la tecnología funcione y “nos olvidemos” de ella.

Y en concreto, si ya se tiene un servidor, ya se ha dominado lo más caro que existe en el día a día de la operación:  saber cómo operar la tecnología, en especial cuando no hay personal interno asignado a hacer esto, o bien, tiene conocimientos y experiencia limitados. Cambiarlo todo a un ambiente como la nube de internet no será sencillo, implicará mucho acompañamiento externo, y por igual volver a aprender cómo hacerlo todo.

Ahora bien, en esto de la curva de aprendizaje, va a haber de proveedores a proveedores de tecnología. El criterio que yo recomiendo es que, si se va a renovar o incluso a adquirir por primera vez un servidor, es importante que ese equipo tenga herramientas que simplifiquen su operación. Esto no lo tiene una gran mayoría de fabricantes y hace la diferencia entre perder tiempo, dinero y finalmente contratar a especialistas que cobrarán mucho por solo dar algunos ejemplos.

Criterio 2: Las ventajas de tener la tecnología en sitio

Mucho va a depender del giro de la empresa, pero en general, empresas que demandan un alto volumen transaccional, esto es, que efectúan operaciones muy frecuentemente y de manera simultánea, van a verse favorecidas por reducir la latencia en su respuesta, esto es, que no haya tiempos de espera entre operaciones.

Por otro lado, empresas que reemplazan incluso servidores de hace algunos años notarán beneficios en ahorro de energía, espacio, aire acondicionado y simplicidad operativa porque si esa misma empresa requería de 5 servidores para sus operaciones, con la tecnología actual podría solo ocupar 2, por dar un ejemplo.

Asimismo, al adquirir un servidor no se está renunciando a la nube, pudiendo coexistir lo que menos costo tiene en un servidor y lo que sea necesario por la operación en la nube, teniendo así lo mejor de ambos mundos. Recordemos que, para emplear la nube de internet, si no hay conexión no hay nada. Si se tiene un servidor, mucho de la operación se puede resolver por tener control total en el mismo en sitio.

Sin embargo, un beneficio adicional para los que optan por migrar todo a la nube de internet, es que olvidan como es la economía de los servicios de la nube en vez de la economía de contar con el equipo en sitio. En la nube de internet se paga periódicamente por todo lo que se almacena de información, y mientras más se almacena, más se paga. Por igual, se paga por descargar la información en muchos casos y por supuesto hay modelos de cobro que se colectan sea que se usen o no. Al contar con un equipo propio, se paga una vez por el servidor y los únicos gastos a futuro serán únicamente si se requiere de más almacenamiento, pero esto es muy poco frecuente cuando se estudiaron muy bien las necesidades y configuraciones, lo cual nos lleva al siguiente criterio.

Criterio 3: Acompañamiento, servicio y soporte

Este punto es decisivo en qué fabricante de servidores emplear. La mejor alternativa será de un fabricante que se involucra en la realidad del negocio de quien requiere un servidor, entendiendo su capacidad económica y lo que se puede destinar como presupuesto de compra para maximizar sus resultados. Este acompañamiento, permitirá adquirir un servidor que sea óptimo para atender el aquí y el ahora, pero que contemple la capacidad de ver a futuro sin tener que gastar de forma exponencial cada vez más.

Otro aspecto es el servicio. Si se tienen buenos componentes de fábrica, la duración de estos será mejor, y si algo fallara (la tecnología no tiene palabra de honor) lo más importante es contar con tiempos de soporte cuya respuesta sea pactada y conocida desde un principio.

Es en estos puntos donde servidores que son muy “baratos” anticipan que en caso de fallas no habrá nadie que responda y puede que las refacciones no existan, y en ese momento será todo demasiado tarde, estamos, simplemente, encadenados a la decisión tomada.

Finalmente, al comprar, el acompañamiento de un fabricante correcto mantendrá seguimiento con los clientes después de la venta de 2 formas:

  1. Los más avanzados tienen aplicaciones que monitorean la salud del equipo y pueden incluso anticipar fallas, para entonces resolver el problema antes de que se presente. Estas tecnologías predictivas normalmente no son extras, vienen incluidas en el equipo.
  2. Estando pendiente de las necesidades y situación del cliente, dejándole saber de nuevos servicios y tecnologías que permiten hacer incluso más fácil toda su operación.

Criterio 4: ¿Cómo asegurar que no se adquiere tecnología “obsoleta”?

Hay una idea equivocada de que en el caso de los servidores si se tiene la opción de adquirir una familia de producto que es inmediatamente previa a una nueva familia de servidores, se está comprando algo antiguo, obsoleto o no funcional. Esto es falso.

El principal criterio para decidir esto es que, si la familia inmediata anterior realmente puede cubrir con las necesidades del negocio y además el fabricante soportará ese producto sin problema durante los siguientes 3 a 5 años, y además si es necesario aumentar su capacidad de almacenamiento se puede hacer por no estar limitado, no hará diferencia tener una versión de familia de servidores de ese fabricante de una generación inmediata anterior y además se debe de aprovechar que lo más seguro tenga un precio más bajo.

Normalmente, las características nuevas de la tecnología solo afectan a empresas muy especializadas, que tienen que ver con el empleo de cálculos avanzados de matemáticas o simulación, y esto no es lo común en la mayoría de las empresas a las que hago referencia en este caso.

Criterio 5: Explotar todo lo que ofrece el servidor

Como lo he mencionado en otros criterios, dependiendo del fabricante el servidor puede venir acompañado de aplicaciones especializadas que sustituyen el contratar a una persona para administrar la tecnología. Esto es un gasto no menor que de no tenerse implica una carga económica de contratación de cuando menos una persona en vez de simplemente emplear la tecnología de soporte y servicio que viene incluida sin costo adicional en el equipo.

Hoy en día, los fabricantes más avanzados proveen herramientas de inteligencia artificial que entre otras cosas:

  • Dan soporte automatizado, tomando acción en caso de fallas y remediando lo que es posible accionar
  • Permiten ganar el control y administración remota, no dependiendo el tener que estar físicamente frente al equipo
  • Ya incluye tecnología y herramientas de seguridad que apoyan la recuperación de la información en caso de algún incidente.
  • Analizan parámetros de desempeño del equipo permanentemente y alertan de posibles acciones
  • Se ligan con soporte especializado ya habiendo identificado problemas potenciales

El problema que veo en este punto es que normalmente todo esto se desconoce y se aprecia al equipo como “caro” cuando en realidad, no se aprovecha al máximo.

Conclusiones

La persona a cargo de la dirección general tiene que pensar en que su negocio pueda maximizar sus recursos minimizando los costos. En tecnología de servidores esto es viable en la medida en la que se consideren los 5 criterios aquí expuestos recordando que:

  1. Lo barato sale caro: El punto no es lo que se paga al comprar la tecnología sino cuánto cuesta operarla a lo largo del tiempo. Sin acompañamiento, ni herramientas de administración, se termina por tener acompañamiento que se busca con urgencia ante cualquier problema, con costos brutales
  2. Apoyo en la decisión: No se puede conocer todo y menos en tecnología. Tener asesoría profesional antes, durante y después de la compra de un servidor puede representar anticiparse al futuro y mantener la operación de la empresa de forma confiable y permanente.
  3. No creer en “falsos profetas”: A pesar de que la gran cantidad de componentes de un servidor pueden ser similares, lo importante no es confiarse de esto, y saber que, en caso de una posible falla hay toda una estrategia ágil de soporte y servicio para hacerle frente que cubra efectivamente con lo que sea un tiempo lógico para que el negocio no sufra nunca
  4. Si funciona, ¿para qué lo cambio? ¡cuidado!: Escucho esto muy seguido, y lo que sucede es que con el paso del tiempo lo que era óptimo se vuelve obsoleto, sin poder tener los beneficios de autodiagnóstico, de soporte predictivo, de seguir gastando mucha más energía eléctrica de la necesaria, más aire acondicionado y más espacio de oficina que podría destinarse a algo de mayor valor entre muchos otros puntos. Conviene evaluar todos los costos ocultos de lo que representa no tener nueva tecnología que en menos equipo hace mucho más de lo que se tiene en el momento. Esto es, evaluar a detalle los costos de operación, mantenimiento, servicio y soporte.
  5. Comparar “iguales con iguales”: Al elegir un servidor, exija al fabricante cómo lo acompaña en la decisión, antes de la compra, qué puede hacer al iniciar el equipo y cómo lo apoyará (con qué servicios y su costo) por la duración de su uso. Analice y pregunte los tiempos para darle soporte y en especial resolver problemas y por igual cómo puede aumentar la capacidad y con qué precio si es necesario que la tecnología crezca. Si no se ofrece todo esto, no se comparará de forma correcta y las consecuencias pueden ser catastróficas para el negocio.

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