Mpolishuk's Blog

Tenemos que reconocerlo, hay aspectos de la tecnología que han empeorado y hasta complicado nuestros trabajos y nuestras vidas. Si bien es cierto que en su mayoría la tecnología nos ha beneficiado mucho, no podemos obviar aspectos negativos en la misma. Aquí expongo algunos de los que me hicieron pensar en hacer esta publicación.

1. Distracciones. Se tuvo que crear en Windows incluso un modo de “enfoque” para evitar tantos mensajitos y todos los mensajes que te aparecen en la pantalla y te hacen perder la productividad. Esto es inevitable cuando todo nos está actualizando o reportando una locura de aspectos que no son necesarios.
2. Enojo. Me pasa seguido cuando alguien por ejemplo manda sus mensajes instantáneos de palabra por renglón en vez de hacer frases y enviarlas. Simplemente, no lo soporto. No entiendo la razón. Una oración de 8 palabras se vuelven 10 notificaciones separadas de la misma persona. Simplemente insoportable.
3. Tiempo perdido. En especial por los jueguitos en el teléfono móvil. La excusa es que te “calman” la realidad es que puedes estar 20 minutos por episodio haciendo tonterías. Esto mismo aplica a estar “disfrutando” las redes sociales
4. Autoestima. Esto en especial en las redes sociales, desde los aspectos físicos donde con ediciones y filtros se logran apariencias totalmente falsas de una realidad muy diferente en la forma de verse de las personas hasta en la forma de exageraciones para describir habilidades en redes profesionales que en su mayoría inclusive son falsas. Al comparar esto con nuestra realidad, aparenta que somos los más bajos en la cadena, cuando en realidad todo se ha vuelto una serie de falsedades que se publican y afectan nuestra realidad.
5. Cero latencia. Simplemente ya no hay paciencia. Todo espera que todos tengamos una respuesta instantánea en cualquier interacción, donde aunque aclares que no estás disponible, a nadie ni le importa no lo ve.
6. Valentía basada en anonimato. El nivel de burla, antagonismo y acoso ha subido en proporciones imposibles. La gente en persona jamás diría ni haría lo que se atreven a decir o hacer en medios digitales.
7. Sustituto de la vida real. Preferimos ahora vernos por video enlaces cuando nos da “flojera” desplazarnos e invertir tiempo en realmente engancharse en una reunión en persona.
8. Desconfianza. Ya no sabemos si lo que estamos viendo como un comentario u opinión de algún producto o servicio es real. Antes, al inicio esto era muy honesto, con juicios de personas sin intereses en lo que se opinaba, ahora, se ha convertido en juicios puestos en altos volúmenes por servicios automatizados que falsean con mentiras la realidad. Peor aún cuando se trata de “popularidad” basada en cantidades de seguidores, donde la mayoría pueden ser falsos o hasta comprados por un servicio.
9. Perderse el entorno. Por estar inmersos en el teléfono móvil, nos estamos perdiendo la vida. Antes caminábamos y veíamos lo que pasaba en la calle o donde estuviéramos. Si vamos como pasajeros en un transporte no vemos fuera, vemos el teléfono… Y nos perdemos la vida.
10. Adiós a la memoria. No me sé ni los teléfonos de mis seres queridos. Todo está en la tecnología. NO se que haré en la semana si no veo mi agenda y no se las actividades que tengo que hacer si se me daña mi tecnología. Esto, no me pasaba en la década de los años 80, donde todo esto lo tenía presente en mi cabeza. He perdido la memoria, y asumo que no soy el único

Como conclusión afirmo que la tecnología es adictiva por hacernos aparentemente más productivos, pero, por igual está siendo muy delicada en hacernos perder la vida, en estresarnos más o en dejar de usar la cabeza entre otros temas. Creo que la tecnología es útil en la medida en la que resuelva aspectos no importantes para potenciar más nuestra creatividad y productividad, pero siempre habrá que cuestionar que así suceda y no que nos hagamos menos valiosos día con día.