
A pesar de que mi línea de escritura se enfoca en negocios, tecnología y sentido común, no puedo dejar de aprovechar un día como hoy para recordar a las mujeres que han fundamentado lo que soy hoy.
Sé que todas por su sencillez sentirán que no hicieron nada o que no es para tanto, pero, para mí cuando menos si lo es, y es injusto no aprovechar la coyuntura no solo para agradecerles, sino por igual para celebrar que existen y que gracias a su aportación en determinado momento de su vida, tuvieron un impacto trascendental y permanente en mi persona.
Divido este comentario en dos partes. Las que son y están y las que se me fueron.
Las que se me fueron
Mi maestra de kínder chico, mi amada maestra (Morá) Fanny Brookman, que me hizo AMAR la escuela dado que de verdad no quería ir. Gracias a ella aprendí los colores, a cortar con tijera y a desear ir a la escuela por poder convivir con ella. La extrañaré siempre y la recordaré con inmensa dulzura, como ella fue conmigo.
Mi maestra Lupita, (Guadalupe Padilla Contreras) le he buscado por cielo mar y tierra, pero ni en la primaria en la que estudié guardan registros de tantos años atrás… Si la pudiera ver, le agradecería por haberme enseñado a leer y escribir, con inmensa paciencia (yo no fui nada fácil) y todo lo hizo con cariño desbordado. No sabe el impacto que tuvo en mi.
Mi maestra Esperanza, que en cuarto año de primaria me escribió en un trabajo un dicho que me ha quedado siempre presente en todo lo que hago: “La llave del éxito es la constancia y el trabajo. Tu tienes esa llave. Úsala en tu bien propio y el de la humanidad” 21 palabras que desde entonces he cargado conmigo, buscando dar lo mejor de mi y buscando mejorar el mundo en el que vivo.
Mi amada Tía Eta, literalmente, mi segunda madre. No solo me salvo la vida durante mi nacimiento, sino que además con su cariño y ejemplo pude constatar lo que es una doctora y anestesióloga de la más alta calidad y valor para la humanidad. Gracias a ella y los métodos que desarrolló vivimos millones de personas, y ella fue siempre humilde ante este hecho. Dentro de las frases más relevantes de ella está: “Lo único bueno en exceso es el estudio”. La amé mucho y la extraño cada día.
Dejo al final de esta sección a la más importante en mi vida: Mi amada Mamá. No solo fue una funcionaria increíble en el Instituto Mexicano del Seguro Social, al haber automatizado la nómina, evitado aviadores, y ser la única persona capaz de conciliar y ser querida por el sindicato y la empresa. Para mi fue una mentora excepcional, que me enseñó a redactar, que siempre me apoyó y gracias a su confianza en mi me hizo una persona segura. La recuerdo cada día de mi vida desde su dolorosa partida.
Las que son
Uff, trataré de no olvidar a ninguna, pues son muchísimas.
En la parte profesional debo mencionar a 49 mujeres excepcionales, que en varias partes de mi vida fueron, son y/o serán muy significativas. No solo he aprendido de ellas, sino que, además, agradezco mucho que hayan creído en mí. Sé que la memoria me traicionará y no mencionaré a todas, me disculpo por ello. Aquí las menciono sin ningún orden particular:
Bárbara Mair, Diana Ibáñez, Martha Cook, Adela Giral, Victoria Nieto, Odette Latapi, Mariana Sansores, Lorena Mondragón, Laura Mayo, Olivia López Jaurena,Griselda Rodríguez, Gabriela Guazzo, Marcela Flores, Liliana Blok, Leticia Zamora, Elizabeth Gaudry, Maria Isabel Orue, Julieta López, Luz González Barajas, Diana González, Elizabeth Peniche, Scarlett Bastón, Patricia Equihua, Leticia Equihua, Penélope Valdes Boy, Nora Kleinburg, Sandra Kleinburg, Karen Ovseyevitz, Gabriela Gamero, Mónica de Lozanne, Renata Arvizu, Alina Poulain, Nelly Cervantes, Mariate Arnal, Mercedes Monroy, Claudia Haro, Natalia Blanco, Lourdes Baltazar, Renata Durán, Ale Calatayud, Yoya Salgado, Maria Clara Malori, Gloria Guevara, Luz Maria Murguia, Ximena Rico, Araceli Ruiz Betancourt, Concepción Pedrajas, Jazmín Fajardo, LuzMaria Argüelles
Y muy en especial a 4 mujeres que ocupan un lugar único para mí:
A mi hermana: por ser un alma noble y buena, quien me hizo el contacto con mi esposa, ni más ni menos
Mi suegra: Por “echarme porras” y animar a mi hoy esposa a hacerme caso
A mi hija: La admiro como una persona de buen corazón, apasionada por la vida y los negocios, admirando su inagotable capacidad y anticipando que lo mejor de lo mejor está por venir.
Por último, a la más, más, más importante: Mi amada esposa. Lo mejor que me ha pasado en mi vida sin dudarlo. Mi consejera, mejor amiga, mi más severa crítica, pero en especial la que me ha dejado ver una vida muy diferente, feliz y en especial que me hace sacar lo mejor de mí mismo siempre.
A todas ustedes, con el pretexto del día de hoy: Gracias por existir. Gracias por ser parte importante de mi vida, y en especial gracias por ser tan ejemplares e indispensables seres humanos. Si. Indispensables. Las quiero.