
Debido a la pandemia que nos afecta desde prácticamente inicios de 2020 puedo afirmar que se ha disparado la cantidad de bloggers, twitteros y creadores de podcasts en el mundo.
Lo lógico es que, ante tal nivel de crecimiento, la calidad no se ha podido mantener y si bien algunos han tenido mucho éxito, y han sido nuevas revelaciones, otros muchos son desde basura hasta medios de provocación, desinformación y hasta difamadores sin fundamentos de nada de lo que expresan.
Con esto en cuenta, expongo algunas “personalidades” o características de las nuevas formas de expresión que he podido observar, nada valiosas y nada agradables, solo llenan al ciberespacio de basura o en el mejor caso, nada relevante.
- El replicador. Se la pasa escupiendo datos y cifras que ni son suyos y son conocidos por todos, por ejemplo: “hoy hay tantos enfermos de COVID, tantos recuperados y tantos muertos”. Como lo ves, es un pseudo hecho que puedes ver en decenas de otros lados y solo replica, como si fuera un perico, donde ni certeza hay de la precisión de la réplica.
- El doctrinal. Aparenta ser muy conocedor de algo, y puede que sepa, pero poquito o bien solo sea su opinión, sin embargo, hace su opinión tan exagerada, y tan cargada de adjetivos que trata de hacer su participación como si fuera la verdad absoluta.
- El vividor. Vive a expensas de los demás. Lo hace supuestamente haciéndose pasar como muy conocedor de algo y para hacerse eco incluye con la famosa “@” a grandes influenciadores que por el simple hecho de ser eso le dan un pase a su comentario en muchas otras personas que no leerían sus humildes opiniones de otra forma
- El “influencer bomb”. Así como existen los “foto bombs” o personas que aparecen en una foto que no les corresponde y le arruinan a los que eran protagonistas en esa foto su escena, este se cuelga de los comentarios de o para otras personas externando un inútil comentario.
- El copión. Lee algo interesante digamos en francés, porque es un idioma que domina. Lo traduce a español y lo pone como una “brillante” idea o juicio suyo, que por el hecho de estar en otro idioma difícil de entender es difícil de ver que es solo una copia de material original ajeno.
- El justiciero. Según el, defiende causas nobles o lo que se le hace justo, y eso es todo lo que hace, colgarse de conversaciones de otros para poder ganar algún adepto o ingenuo que le haga eco
- El montonero. Se hace ver como una persona valiente, cuando en la vida real ni de broma sería tan agresivo o busca pleitos como lo es cuando comenta en espacios de internet.
- El escandaloso. Si, se volvió una persona famosa, casi siempre se le refiere como el “Lord” o la “Lady” pero por hacer un acto de vergüenza, y lo peor es que luego creen que eso fue algo bueno.
Y podría seguir, sin embargo, si te aplica una o varias de estas, te propongo pensar en características de los que yo si veo como influenciadores:
- Tienen ideas propias, auténticas, frescas, nuevas y la gente las disfruta.
- Son de mente abierta, son personas curiosas, son personas que invitan a la reflexión
- Muestran pasión en lo que hacen y como lo hacen
- No hacen nada de lo que expuse en los puntos anteriores
- Nos convidan sus gustos y nosotros los disfrutamos
- En verdad, no están “emborrachados” de su éxito, dado que disfrutan lo que hacen nos lo “contagian”
- Son personas abiertas, si a alguien no le gustan sus opiniones no los persigue, solo los ignora y no busca destruirlos por su gran base de seguidores
- Son expertos en un tema, de verdad y, por eso, influencian.
Cuando menos, en mi caso, estos son las características comunes que veo en todos y cada uno de los que considero influenciadores. Y, de los primeros que mencione son los que procuro dejar de ver, escuchar o seguir. Algunos de hecho los conozco en persona, pero… ¡cómo cambian cuando están en internet! … ¿No te ha pasado a ti?