
Seguramente te has sorprendido de algunas malas a pésimas decisiones que has tomado. Incluso, al ver lo que decidiste, te preguntas ¿qué estaba pensando?
Una de las razones más frecuentes de este proceder tiene como nombre la “Fatiga de decisiones” y esto puede tener su razón de ser en la hora del día en la que tomaste la decisión.
En esencia, cuando inicias el día y eres una persona que está “fresca” tus decisiones son típicamente óptimas, pero, conforme avanza el día, si sigues tomando decisiones, la calidad de éstas va cayendo, y digamos que no le pones el mismo interés y concentración, esto hasta llegar la hora de la comida, y al regresar, vuelves a tomar mejores decisiones.
Esto en especial ocurre en trabajos en donde se toma todo el tiempo algún tipo de decisión.
¿Cómo saber si tienes fatiga de decisiones? Un indicador es que al terminar tu jornada de trabajo simplemente, estás en un estado de alta fatiga. Te gustaría hacer ejercicio, por ejemplo, pero, ya no puedes y optas por sentarte a descansar, ver la TV, tu teléfono celular, etcétera. Incluso ti ya no quieres tomarte el tiempo para cocinar algo nutritivo y mejor te vas por lo “fácil” como es la comida rápida, es otro ejemplo de estar con fatiga de decisiones.
Todos estamos expuestos a esto por lo que vale la pena tomar acciones que nos reduzcan o eliminen este tipo de situaciones.
Dentro de lo que los especialistas sugieren aquí resumo las tácticas más comunes para luchar contra la fatiga de decisiones:
- Menos es más. Elimina todas las tareas de poco peso o en lo posible delégalas. Si todo el tiempo tu vida está llena de decisiones de todas las importancias y tu debes de tomar toda posible decisión, simplemente sucede la fatiga. Elimina todo lo que realmente no es tan importante.
- El día inicia la noche anterior. Estas sabias palabras me las dijo mi maestro de lógica en el bachillerato, y las aplico desde entonces. Lo idea es preparar todo en vez de postergarlo para la mañana. Situaciones como escoger la ropa que vas a usar, planear el día, prepararte tu desayuno, Guardar y dejar listos y en orden todo tu equipo de trabajo y para no olvidarlo dejarlo en la entrada te va quitando por anticipado el tener que tomar decisiones de último momento que te consumen energía al inicio del día.
- Ordena por importancia el día. Si tienes que procurar tu salud, inicia el día haciendo ejercicio, si tienes que alimentarte sanamente no te saltes esa comida, y en general, asigna tu mayor cantidad de energía a aquellas acciones o actividades primero, de preferencia al iniciar tu día.
- No tomes decisiones importantes con hambre. No solamente es un cambio de actividad, sino que evitas estar pensando en que comer en lo que tienes que decidir o hacer algo importante. Toma tu tiempo para comer algo y luego decide.
- Crea rutinas para no tener que pensar ni decidir. Si te bañas, usa el mismo método siempre para acomodar tus cosas, bañarte, secarte y vestirte, al despertarte, has siempre todo igual. Este tipo de actividades, si se hacen siempre igual, dejan de quitarte energía para decidir, pero, por el contrario, si cada vez es algo nuevo y diferente, estás agregando esfuerzo a la necesidad de tener que hacer decisiones cuando no era necesario hacerlas.
Como conclusión, si te has identificado con frecuencia en situación de fatiga de decisiones, te sugiero empezar a incorporar algunas de estas ideas en tu vida cotidiana y, por qué no, desarrollar las tuyas propias, todo sea por que tú te sientas mejor.