
Es muy común que la proporción de horas dedicadas a planear una estrategia puede ser un proceso largo y de mucha dedicación. Sin embargo, cuando se busca poner en práctica todo lo visto en la estrategia acaba por no pasar lo que se esperaba, y más comúnmente simplemente, no pasa nada.
¿Por qué pasa esto? Tras haber desarrollado una metodología de planeación estratégica, puedo afirmar que hay ciertas situaciones que se repiten una y otra vez.
Todo empieza por no tener clara la misión de lo que se persogue, o tenerla clara a manera de “secreto” para solo algunas personas. Al hacer esto, todo está condenado al fracaso por lo que mi
Recomendación 1: Hacer una misión clara, sencilla, muy corta y al punto que todos conozcan es el mejor comienzo.
Seguido de esto ocurre que no se da el tiempo suficiente con las personas clave para poder pensar como medir que la misión se pueda cumplir. Esto es tema de una correcta creación de objetivos. Estos objetivos idealmente no deben de superar 4, pues más solo confunden a la gente. Por lo que mi
Recomendación 2: Elaborar de 2 a 4 objetivos cuantificables. Si no se pueden medir, simplemente no son objetivos.
Y solo al tener buenos objetivos podemos hablar de estrategia o estrategias, donde debe de haber varias para lograr cumplir con los objetivos. Es pues responsabilidad de una estrategia o varias el que cada objetivo se logre. De allí que mi
Recomendación 3: El diseño de cada estrategia puede crearse pensando de 1 a 6 ideas o estatutos que aclaren la dirección, los métodos y procedimientos para poder asegurar que cada objetivo suceda
Y, es aquí donde el mundo de las ideas termina e inicia el mundo de la acción. Cada estrategia debe de tener un plan de acción. Ese plan de acción involucra varios puntos en lo específico:
- Gente. ¿Quién o quienes serán responsables de esa acción? Sin una persona a cargo, todo está ya mal.
- Procesos. ¿Qué se tiene que hacer específicamente? ¿cómo se tiene que hacer? ¿existe una mejor práctica? En algunos casos existen empresas que, literalmente, venden mejores prácticas de procesos, existe software administrativo que ya incluye una serie de librerías con procesos, en fin, este punto es clave.
- Tecnología. En el más amplio espectro, esto no es solamente tecnología de la información, puede ser maquinaria y equipo especializado que, con nuevos procesos demandará de nuevas herramientas para lograrlo.
- Métricas. El desempeño de los procesos en si mismo debe de poderse medir, solo así se puede marcar un antes y un después, así como una manera clara de llegar a conjeturas o cambios en la forma de desempeñar las actividades, procesos o acciones. Sin medición no se tiene idea alguna si se está haciendo lo correcto de la manera correcta. Incluso, existen sofisticados sistemas para modelar la forma de ejecución de procesos antes de hacerlo en la vida real mediante tecnologías de simulación de actividades que son clave para poder pronosticar el desempeño sin tenerlo que hacer en la vida real y corregirlo antes de que sea muy costoso cada cambio.
Como conclusión se puede apreciar que, cuando una estrategia no pudo ser accionable, se ha fallado en uno o varios de los 4 puntos anteriores, y por supuesto mucho peor si no se empezó por la creación de la misión, objetivos y estrategias correctas. Sin embargo, si te ha impresionado algún negocio o empresa, puedo afirmarte que tuvieron que hacer todo lo anterior para lograr un resultado planeado e ideal.
Así que, la siguiente vez que desees pensar en lograr que tu estrategia sea accionable, revisa estos puntos, y el resultado no solo será el esperado, sino por igual el que menos posibilidades de error y riesgos tuvo.