Cuando la verdad no importa: ¿cómo pelear vs la desinformación?

La desinformación es la difusión intencional de información falsa o engañosa, creada para manipular opiniones, decisiones o comportamientos, causando confusión y daño a personas, empresas o sociedades.

¿Cómo sucede la desinformación?

Todo inicia con una persona, grupo, empresa de desinformación (¡si las hay!)  u organización que crea información falsa o distorsionada que como resultado provoque algún beneficio a su favor, ya sean intereses políticos, económicos, sociales o reputacionales.

Lo siguiente, es tener un medio de difusión rápida, aquí las redes sociales, los medios de comunicación tradicionales, influencers pagados o motivados o canales internos en las empresas son utilizados para propagar el o los mensajes.

Entendiendo en especial las redes sociales que se basan en algoritmos que detectan la preferencia de las masas, este tipo de mensajes son los que capta audiencia, mientras más sensacionalista sea, más polémico o provocador las plataformas ganan “clics” y atención.

Y allí se aprovecha el flujo natural del mundo digital: diversos grupos y/o comunidades comienzan a compartirse la información y la van reforzando, sin que nadie se preocupe por ver su validez, solo es “espectacular” o cae en el sesgo de confirmación, queremos, deseamos ajustar nuestra realidad a lo que nos complace, o tenemos empatía, o nos identifica.

Y, como consecuencia lógica, se borra la línea entre la verdad y lo falso, hay confusión se afecta la toma de decisiones y de opinión de forma distorsionada y todo parece verdad, por haberse repetido mil veces.

¿Por qué la desinformación es negocio?

Lo fundamental es que prácticamente todos los medios, sean digitales, masivos o convencionales monetizan la atención por vender más anuncios o ganan por el “clic” provocado, pues lo importante fue el efecto de expansión viral provocado, sin importar que lo expuesto sea o no sea falso.

En el mundo del sector público, si esas personas, partidos, organizaciones etc. Tienen los recursos, buscan influir en la opinión pública o desestabilizar a sus contrincantes, opositores o lo que no vaya de acuerdo con su agenda.

En el sector privado, lograr una crisis de marca, boicots, daño reputacional o molestia del mercado puede convertirse en ganancias para quien lo provoque por hacerle perder eso a su competencia. Si es falso o no lo expuesto, para estos fines, es, irrelevante.

Asimismo, la competencia que usa la desinformación puede sacar ventaja por la venta de productos o servicios que se proponen como la “solución” a los “problemas” inventados o exagerados que son el objeto de la desinformación.

Y, en casos muy incómodos, la desinformación dentro de las empresas también se puede capitalizar, haciendo ver mal a una persona, área o departamento.

¿Cómo evitar ser víctima de la desinformación?: 10 acciones

Hay toda una serie de acciones y medidas para esto. Nada es “infalible” pero al hacerse en conjunto reducen significativamente la posibilidad de ser manipulable por la desinformación:

  1. Monitoreo constante: vigilar redes, medios y canales internos para detectar señales tempranas de desinformación.
  2. Equipos de comunicación ágil: para responder rápido y con información verificada.
  3. Capacitación interna: entrenar colaboradores para identificar rumores o información falsa y no replicarla.
  4. Alianzas con medios confiables: para comunicación transparente y respaldada.
  5. Uso de tecnología: herramientas de verificación y análisis de datos para validar fuentes.
  6. Verificar las fuentes: no confiar en mensajes sin autor o medios poco confiables.
  7. Contrastar la información: buscar confirmación en varias fuentes.
  8. No compartir sin comprobar: evitar difundir contenido dudoso.
  9. Mantenterse actualizado: seguir canales oficiales o expertos reconocidos.
  10. Cuidar las emociones: la desinformación usa emociones fuertes para manipular, mantener calma para analizar.

Conclusión

Es importante ejercitar el pensamiento crítico, cuestionando la información antes de aceptarla como verdadera solo “porque si”.

El origen o la fuente siempre debe de conocerse y validarse, sobre todo validando su reputación y fiabilidad.

Evitar ser parte de la maquinaria que desinforma es importante. No compartir nada que no se haya confirmado para la desinformación.

Estudia el software existente de verificación y monitoreo. Todo esto va cambiando, pero en esta fecha del episodio existe, por ejemplo:

Verificación

Monitoreo

No son todas las aplicaciones, pero es un buen punto de partida para tus intereses.


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