
“No creas nada por el simple hecho de que te digan que es verdad” Esa frase me la dijo mi Papá desde muy niño, pues realmente yo me creía literalmente todo.
Sin embargo, la realidad hoy en día es difícil de identificar por el gran peso que tienen tantos y tan variados medios de información, tales como las redes sociales e inclusive el “cuarto poder” comúnmente atribuido a los medios de información noticiosa.
El problema
Actualmente, prácticamente cualquier persona puede expresar una nota, comentario, video, o grabación que puede estar fuera de contexto o peor aún puede haber sufrido alguna manipulación, para luego difundirse y de forma natural llegar a millones de personas de forma casi instantánea.
Por si esto no fuera suficiente, también existe un sesgo en todas las personas que reciben la información, y antes de creer información que sea verdad, y que además no les gusta o no concuerdan con la misma, van a buscar algún pretexto o excusa para invalidar ese contenido, siendo selectivo en lo que se lee, entiende o comenta, como lo expongo en ésta publicación sobre el sesgo de confirmación.
Y si se trata de tendencias en redes sociales con muchos comentarios y seguidores, en realidad puede que mucha de esa información haya sido “valorada” por una gran cantidad de Bots o asistentes digitales que de forma autónoma comentan o siguen una noticia, sin ser realmente personas, pero provocando el interés de las masas por hacer que esa información sea muy valorada por la cantidad de personas y comentarios que tiene.
El peligro de la desinformación
Todo esto se combina y crea un ambiente tóxico que manipula la opinión pública, permitiendo que ideas discriminatorias o violentas se vuelvan parte de las conversaciones e interacciones en redes sociales y medio de noticias, llegando, después de repetirse múltiples veces, a tomarse como hechos.
Una vez que estos rumores o desinformaciones se vuelven hechos, ya es fácil hacer una manipulación en las personas para buscar chivos expiatorios, o normalizar actos inmorales, o provocar odios no fundamentados, o peor aún normalizar hechos de violencia aparentemente con “justificación”.
Todo esto se va a complicar exponencialmente si el gobierno de determinado país no fomenta el periodismo profesional, independiente y de investigación, donde se comente la información sin incluir la opinión del periodista o de la “línea editorial” que se le impone a la información porque ese medio noticioso que alguna vez fue imparcial tiene ahora accionistas con ciertas tendencias que obligan a la redacción de notas falsas o incompletas para manipular a sus seguidores.
Más aún, es responsabilidad de un gobierno reforzar y exigir la imparcialidad, sin censura de contenidos, pero si exigiendo el soporte de lo que se reporta.
¿Qué hacer entonces para eliminar o reducir la desinformación?: 10 ideas
- Ya de tiempo atrás hay organizaciones que verifican la veracidad de la información y que son din fines de lucro, tal como es el caso de https://Factcheck.org
- Extensiones de navegadores web: Herramientas como «NewsGuard» y «Trusted News» se integran en los navegadores y proporcionan calificaciones de confiabilidad para los sitios web de noticias.
- Redes sociales: Las redes sociales a menudo son propagadoras de desinformación. Utiliza las configuraciones de privacidad y las opciones de denuncia para informar sobre contenido falso o engañoso.
- Verificación cruzada: Comprueba las noticias en varias fuentes confiables para confirmar su veracidad. Si una noticia no se informa en múltiples lugares de confianza, es posible que debas ser escéptico.
- Extensiones de verificación de hechos: Herramientas como «B.S. Detector» y «NewsGuard» son extensiones de navegador que te proporcionan información sobre la confiabilidad de los sitios web que visitas.
- Medios de comunicación comunitarios: Participa en foros y grupos de discusión en línea donde se debata la veracidad de las noticias. La colaboración y el intercambio de información pueden ayudar a detectar noticias falsas.
- Software de detección de deepfakes: Con el aumento de los videos manipulados, el software de detección de deepfakes, como Deepware Scanner o Microsoft Video Authenticator, puede ayudar a identificar contenido audiovisual falso.
- Sentido común: Es parte de lo que busco en mi blog, usa el pensamiento crítico y el sentido común al evaluar la veracidad de la información. Si una noticia parece demasiado impactante o inverosímil, es prudente verificarla antes de compartirla.
- La información real se presenta siempre por fuentes noticiosas establecidas, creadas por reporteros con estudios en periodismo y que además tienen una especialidad reportando información específica o de algún tipo de segmento. Muy en especial, el objetivo principal de cualquier información es precisamente informar. Si lo reportado no te parece o no estás de acuerdo tu responsabilidad es investigar más artículos de otras fuentes fidedignas, y finalmente, si es una noticia real, esa noticia puede ser verificada, esto es, puede estar acompañada de referencias, estadísticas, reportes complementarios y otros datos que sustentan lo que se dijo o vio.
- Hazte estas 4 preguntas cuando leas, veas o escuches alguna noticia o información:
¿Cómo quiere hacerme sentir esta información?
¿Cuál es la idea principal de esta información?
¿Esta información está soportada por evidencia de otras fuentes de información confiables?
¿Puedo yo verificar por mi propia cuenta lo que esta información indica?
Basta conque una sola de estas preguntas no sea adecuada para empezar a desconfiar de la veracidad de esa información.
Conclusión: apegarse a la verdad, nos guste o no.
Puedo concluir que en un mundo cada vez más inundado de información, la lucha contra la desinformación se ha convertido en un desafío esencial para la sociedad. Para evitar que las preferencias y sesgos personales nublen nuestro juicio y nos lleven a conclusiones equivocadas, es imperativo que fomentemos la alfabetización mediática y la crítica reflexiva, pero en especial que nos refiramos a los hechos, sea que nos gusten o no nos gusten.
Al ser conscientes de nuestras propias tendencias cognitivas y aprender a detectar la información engañosa, podemos tomar decisiones más informadas, pero, sobre todo, más honestas. Al asumir la responsabilidad de nuestra propia educación mediática y al promover la diversidad de fuentes y perspectivas, estamos un paso más cerca de protegernos contra la desinformación y fortaleciendo nuestra capacidad de llegar a conclusiones basadas en hechos sólidos y no en prejuicios personales.