
Lo he seguido desde que llegó a México, y desde un inicio, es, simplemente diferente.
Al tomar la maestría, mi profesor de Derecho Corporativo, antes de presentarse, lo primero que dijo y me marcó fue: “Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen”. Por más agradable o dura que parezca esa frase, hay un complemento, y creo que, como pueblo hemos hecho algo muy bien para tener a este Señor Embajador.
No lo digo porque de forma honesta disfruta la comida mexicana. O porque disfruta las celebraciones, usos y costumbres nacionales y locales. O porque nos hace ver lo privilegiados que somos por toda nuestra riqueza cultural, nuestra fauna y flora, nuestro clima, nuestra gente… Lo digo, porque lo siento, genuinamente auténtico.
Vamos, si se pudiera otorgar la nacionalidad mexicana a alguien por disfrutar a nuestro país, el Señor embajador Landau, bajo la cuenta de Twitter @USAmbMex sería, de poder yo asignar esa distinción, el primero, segundo y tercero en mi lista.
En una etapa siempre compleja en la relación entre los Estados Unidos de Norteamérica y México, el Señor Embajador Landau, se ha posicionado como alguien querido, necesario y además útil en la gran responsabilidad y distinción de ser el representante máximo de su país en territorio nacional.
Ni por un momento dudo que su prioridad y responsabilidad es para con sus compatriotas, su presidente, y su país. Me queda claro, y, qué orgullo para los estadounidenses ser representados por un hombre de esa calidad humana, emocional y por supuesto con un espíritu de “ganar/ganar”.
Y, claro, cuando ha habido temas ríspidos, se ha visto su actitud enérgica, implacable, y clara, pero siempre con respeto, con claridad y con honestidad.
Me ha sorprendido su apertura. Ha practicado el famoso “mi casa es su casa” con fotografías de la residencia del embajador Estadounidense en México, le gustan los mangos, le entra a los retos de yo cocino lo que me gusta de México vs un mexicano que cocinó su platillo favorito de Estados Unidos, (por cierto, fue cochinita pibil, por si tenías la duda la del Señor Embajador VS clam chowder de nuestro paisano) pero si tengo que priorizar, lo primero que me ha emocionado y conmovido es que el mismo, si, el, se pone a contestarle a las personas que lo abordan en redes sociales, los que tienen un tema con su visa, o con una necesidad. Si, a lo mexicanos con necesidades, da respuesta veloz, hasta un punto en el que ya tuvo que reenviar sus respuestas a las áreas de su administración encargadas de esos asuntos, pero se ve claro algo: Le importa y le da seguimiento.
Lo mismo responde estos casos que pide “ayuda” a sus seguidores para ganarle a su colega embajador de Grecia en tener más adeptos de Twitter, y claro, 100% le ganó, y le ganó rápido, de verdad… Divertido.
Esto, rompe con todo lo que yo conocía hasta el momento. Con todo. El Embajador Landau es un molde único. Es el esposo y padre que se filma con la familia para darnos mensajes a los mexicanos. Es el que agradece los mangos que le mandan. Incluso, es tema de reflexionar en estilo de liderazgo para la alta dirección, ajeno al sector público. Es… increíble.
Como analista, me ha llamado mucho la atención que quiere ser conocido en México como el impulsor de la agricultura. Por igual, me encantaría conocer su posición con respecto a la ciencia y tecnología, a colaboraciones en los campos de informática, negocios, en fin, todo lo que sabemos que es importante, porque es indudable que la economía de México está totalmente relacionada con la economía estadounidense. Igualmente, innegable es la supremacía tecnológica de ese país.
No pierdo la oportunidad de que, de tener el privilegio de leerme aquí (porque, además, lee y habla español claro y bien) que pueda entrevistarlo en mi podcast, para precisamente hablar de estos y otros temas, tan importantes de siempre, y más ahora.
En mis siguientes publicaciones abordaré en esta “pequeña serie” de “Lo bueno que tenemos en México” otros temas. El destino me impulsó a que curiosamente, el primer episodio y la primera figura pública en la que pensé fue Don Christopher Landau, pero, a mi juicio, honor a quien honor merece, y si puedes seguirlo en sus redes sociales, te vas a sorprender y avergonzar de que conoce y disfruta de nuestro lindo México más de lo que imaginamos o lo hacemos nosotros mismos.
Definitivamente, uno no sabe lo que tiene, hasta que puede verlo en ojos ajenos.
Gracias por ser nuestro embajador Señor Landau. Insisto, algo hicimos bien como país para merecerlo.