Coach o farsante: ¿Cómo diferenciarlos?

Sin duda, un o una coach, que en español sería un o una entrenador o entrenadora es una persona profesional cuyo objetivo es motivarte y sacar lo mejor de ti en las áreas personal, profesional o emocional. Son personas que te llevan a un nivel de desempeño que, por alguna razón, eres incapaz de alcanzar por tu cuenta.

Este tipo de acompañamiento ha explotado desde hace algunos años y ha dado lugar a dos tipos de personas. Las que si son coaches y las que no.

¿Qué hace a un buen coach?

Tenemos que entender que bien llevado a cabo un coach es una inversión muy valiosa. Puede ser un pago periódico elevado, pero si se trata de una persona muy profesional y conocedora en el largo plazo esta inversión es invaluable para quien la recibe.

Los que reciben buen coaching podrán sobrepasar obstáculos en la línea de especialidad del coach. Así, si nunca has corrido un maratón, un buen coach te permitirá no solo correrlo sino además hacerlo terminando en una sola pieza y sin lastimarte. Si se trata de un coach de negocios, podrás acariciar nuevos y mejores proyectos, y en general, dependiendo de la especialidad un coach te permitirá aprender, procesar la información, resolver problemas de mejor forma, y en general desarrollar nuevas formas de accionar que mejorarán tus actitudes ante los retos que provocaron la necesidad de pensar en un coach.

Factores clave para detectar un buen coach

Dado que esto es un área muy cualitativa, varios charlatanes han aprovechado esta actividad para aparentar que saben de algo cuando en realidad, no saben que no saben.

Por lo anterior, te sugiero algunas ideas clave que te pueden ayudar a decidir si estás tratando con un (o una) coach o un(a) inepto/a.

  1. Credenciales. El mundo de las credenciales es muy objetivo. Dar conferencias no es tener credenciales. Tener un buen sitio de internet o un video en YouTube bien producido no son credenciales. Las credenciales se refieren a certificaciones de la metodología de coaching, donde además el coach sigue fielmente la metodología aprendida sin “adecuaciones propias”. Existe inclusive una federación internacional de coaching . Asimismo, son preguntas válidas el conocer cómo se mantienen al día, esto es, ¿publican artículos en algún medio especializado o algo equivalente?
  2. Metodología. Dependiendo del caso un coach cuenta con una metodología probada, no algo que se inventó el o ella misma, y de ser que si es un invento, pueden pedir las bases sobre las cuales está fundamentada su metodología. Si no hay bases ni fundamentos no fusiones de otros métodos claramente existentes, no hay forma de poder afirmar que eso que hace esa persona sea lo ideal
  3. Métricas. Un coach profesional establece en conjunto contigo metas claras y medibles y cómo al trabajar contigo se lograrán resultados tangibles. Sin estas métricas se muy cauteloso de tomar a esa persona, pues son señales claras de indefinición.
  4. Honorarios. Por igual al punto anterior, los coaches profesionales tienen un esquema estructurado de precios y servicios, donde es claro tanto el precio de lo que se hace como lo que se va a recibir. Sin claridad en precios se tiene un indicador también de peligro.
  5. Química. La relación entre un cliente y un coach es fundamental. Si sientes una buena conexión y confianza en tus interacciones iniciales, es probable que estés en camino de trabajar con un coach profesional
  6. Referencias. Los coaches profesionales pueden proporcionar referencias de clientes anteriores sin problemas. Puede que debas firmar un contrato de no divulgación y confidencialidad, pero esto solo puede hablar mejor de un coach.
  7. Experiencia y trayectoria. Un coach con experiencia puede ofrecer una perspectiva más sólida y haber trabajado con una variedad de clientes. Pregunta sobre su experiencia, casos de éxito y cómo han abordado situaciones similares a la tuya.

Conclusión

Finalmente, debemos tener en cuenta que:

  • Dar conferencias lindas no significa que sea un buen coach, puede ser un buen motivador, o conferencista, nada más.
  • No poder explicar su formación como coach es señal de alarma
  • Imponer opiniones propias no es algo que haga un coach
  • Asegurar resultados no es de alguien que se dice coach. Una cosa es establecer métricas, otra es que sin duda se van a lograr esas métricas
  • Honorarios “abiertos” son señal de peligro, a manera de “pozo sin fondo”
  • Falta de poder escuchar es una señal de riesgo

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