
Extraño la época previa a internet cuando la única forma de felicitar a alguien por cualquier motivo, desde su cumpleaños hasta alguna promoción o mérito profesional, solo se podía hacer en persona, llamándole por teléfono o enviándole una carta de felicitación (si, por correo tradicional, no electrónico).
Todo esto era totalmente personal, era un “espacio” entre la otra persona y tú.
Hoy, todo se ha “automatizado” y vuelto más artificial.
Tal es el caso de los grupos de tus compañeros de la escuela, por ejemplo. Es inevitable que estás en un grupo con prácticamente toda tu generación, donde están las personas con las que eres o fuiste muy cercano, pero también con los que no te llevaste muy bien que digamos, por ejemplo.
Y, de repente, empieza una lluvia de felicitaciones para una persona del grupo, digamos por ser su cumpleaños.
Y casi siempre, de manera muy semejante a lo que sería una distribución estadística, algunos empiezan, y de repente hay una felicitación casi cada segundo para luego dejar un espacio de algunos al final que, poco a poco felicitan, y por supuesto hay los que ni se preocupan pues esa persona no es no fue y no será de su agrado, fue un “accidente” en su vida.
Esto da lugar entonces a no solo felicitar sino ver que tipo de “señales” das tu a esa persona, que por contexto todas las personas saben que no era de tu agrado. Y así, se generan nuevas “conversaciones” por aparte donde se comenta que tu no celebraste a esa persona, o que sigue vigente tal o cual situación entre esa persona y tú, y, simplemente, todo pasó de un momento de felicitaciones a un espacio de comentarios de quien, si o quien no felicitó y si estuvo bien o mal, etcétera.
Hasta aquí lo “malo” de felicitaciones masivas donde todo mundo puede ver que puso cada persona.
Sin embargo, si no se tiene presente la fecha de esa persona, el poder ver que era su día te da la oportunidad de no dejar de ser amable con alguien que aprecias, y que de otra forma nunca te hubieras enterado de que era su día, y por lo tanto, fue muy bueno que te enteraras de esto en un foro grupal.
Para soportar aún más lo anterior, si cambiamos a un ambiente profesional, y una persona tuvo determinado ascenso, premio, reconocimiento, etcétera, te da la oportunidad de felicitar a esa persona, y allí entran dos posibles escenarios:
- Si lo haces público le dejas saber a todos los que están en ese grupo que tu encuentras valioso lo que esa persona logró, y además das señales a los demás de que ese tema o situación es importante para ti y que esa persona también es importante para ti
- Si lo haces en privado, estás siendo 100% puro en dejar saber que no te interesa dejarle saber al mundo tu opinión, y que por lo anterior hay una sola genuina situación que es tu reconocimiento en privado para esa persona
Además, el hacer público tu comentario, deja saber a todas las personas con las que te relacionas que tu conoces a la persona felicitada, y dependiendo de quien sea, estás demostrando que tienes algún tipo de relación y tratándose de una figura pública es hacerte notar como alguien “importante”.
Por conclusión, aquí te dejo saber lo que opino de diferentes escenarios en los que haces comentarios a otras personas de forma pública y privada:
- En ambiente de negocios, comentando a todo el mundo: Tu intención es dejarle saber a todos tu opinión de esa persona es como que todos estuvieran reunidos y tu frente a todos le dedicas un mensaje personal.
- En ambiente de negocios, comentando en privado: Hay una relación que se desea mantener personal para no dar lugar a malas interpretaciones de la relación entre la otra persona y tú. El hecho es que ambos se saben conocidos y eso es suficiente para no dejarlo saber a todo el mundo.
- En ambiente social, comentando en público: Quiere dejar saber a todos que te unes a una celebración, tal y como si todos están aplaudiendo. Te juegas que algunos opinen de más o de menos, pero finalmente todos tendrán alguna opinión
- En ambiente social, en privado: Se busca la intimidad, se demuestra el genuino afecto y que te tomaste el tiempo para dedicarle unos pensamientos a alguien que estimas, dejando el hecho en una interacción muy selectiva e íntima.
- Excepción en todos los casos: Si estás enviando un mensaje de condolencia, mi opinión es que siempre debe de ser privado. Es un hecho doloroso y esto de buscar algún protagonismo en éste caso puede ser muy denigrante.