
El término de sharenting es una fusión del inglés del verbo share que significa compartir y la palabra parenting que significa paternidad, lo cual al juntarse sería algo así como “compartir la paternidad”.
Esto obedece a las acciones que padres de familia o seres queridos frecuentan al tomarle fotos y videos a sus hijos, sobrinos o nietos para luego publicar las fotos en las redes sociales.
Este acto de inocencia en realidad está poniendo en peligro de muchas formas a los pequeños, a sus familias, al patrimonio y son un grave factor de inseguridad.
Si nos vamos unas décadas al pasado, antes de la era de internet, digamos del año de 1995 hacia atrás, la única manera de tener algo de un infante o adolescente era en un álbum de fotografías familiar, que era visto para recordar lo que fuera en una casa y con personas con las que teníamos confianza, y las personas más avanzadas podían pasar sus películas en carretes si eran muy antiguas o en medios como los videocasetes, los CD o DVD. Y, hasta allí paraba la cosa.
Sin embargo, hoy todo esto se ha sustituido por las redes sociales donde además se tiene poco criterio para aceptar “amigos” que ni son amigos y mucho menos familiares los cuales pueden “disfrutar” de todo un catálogo de fotos y videos de nuestros pequeños seres queridos.
Este acto de aparente inocencia está poniendo en peligro no solo la integridad de esa persona pues sin querer, al poner la foto del primer año de vida del pequeñito cualquier persona puede obtener su clave única de registro poblacional, para luego averiguar fácilmente la dirección que muchas veces se tiene en le perfil y así comenzar con el robo de su identidad, sacando un crédito o hipoteca de alguien que para cuando se de cuenta tendrá destrozado su historial crediticio sin siquiera saberlo por años.
O bien, esas fotos inocentes pueden ser manipuladas para crear videos para pederastas, destruyendo la integridad de esas personitas mediante la tecnología del Deepfake (puedes leer más de esto presionando aquí).
¿Y qué decir de cuando filmas como estás regañando a un pequeño o lo estás filmando haciendo un berrinche para luego filmar tus métodos de educación? ¿Te imaginas con independencia a que en algunos años los reclutadores de recursos humanos vean estos videos y puedan interpretar rasgos de la personalidad de tu ser querido y por ello, y dado que no se te ocurrió subir videos que lo destaquen como una buena persona, los de recursos humanos decidan que es una persona “peligrosa” y opten por no contratarlo por tu culpa? Debes tener criterio. ¿Cómo te pondrías tu cuando estás discutiendo con tu pareja o una amistad y esa persona saca su celular para mostrarte cómo resuelves el conflicto filmándote mientras discutes? ¿crees que lo tomes bien? No es necesario que contestes, es OBVIO que te vas a molestar a niveles no controlables. Entonces, ¿un menor no tiene ese mismo derecho de que tú no te la pases filmando como lo educas o como hace sus necesidades, etcétera?
Ser menor, no implica no tener derechos, y cuando obvias esos derechos por ser una persona de poca edad, le estás diciendo que quien sea puede tomarle fotos o videos, y esto incluye a gente cercana que lamentablemente está mal de la cabeza y puede ser un acosador sexual, pederasta, etcétera.
Mi conclusión es simple: Usa tu criterio. Atesora tus fotografías, pero no las compartas. Usa marcos digitales y disfrútalas en tu casa. Comparte en sitios que no sean redes sociales, como discos virtuales donde controles el acceso y además pon permisos para ver sin poder manipular, descargar o guardar las imágenes o videos. En lo posible, concientiza a tus seres queridos pequeños que nadie sin su autorización puede tomarles fotos o videos, NADIE, ni tú. En pocas palabras ¿qué harías si alguien quiere tomarte fotos o video sin tu permiso? Esto es criterio común, y lamentablemente el sentido común es el menos común de los sentidos. Evita pues el sharenting, no te traerá nada bueno ni a ti ni a tus seres queridos.
Wow, Sharenting, realmente es para poner los pelos de punta y desafortunadamente casi nadie ve esta situación, mucho menos los jovenes que han vivido con redes sociales desde muy pequeños y lo ven como algo natural. Para concientizarnos, los padres somos los primeros que debemos de poner el ejemplo, pero somos los primeros en publicar santo y seña de todo. A reflexionar y no minimizarlo.
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