
Es una realidad en prácticamente toda Hispanoamérica que la gran mayoría de los jóvenes y recién adultos desearían ser influencers, esto es, alguien que destaca en una red social o medio masivo de comunicación y ofrece sus opiniones sobre un tema en específico en el que es capaz de aportar una gran autoridad sobre muchas personas que la conocen; especialmente, cuando influye en los hábitos de consumo de sus seguidores.
Pocos lo logran, pero en el camino muchos lo intentan, haciendo desde estupideces y actos muy temerarios, hasta en vez de informar desinformar y en algunos lamentables casos hasta llegan a morir tratando de ganar seguidores por hacer actos muy peligrosos.
Sin embargo, los anunciantes los ubican como un medio eficaz para posicionar sus marcas o servicios y cuando esto sucede tenemos que reconocer que puede tratarse de un mal producto o servicio, pero por ser reconocido por un influenciador o influenciadores, las personas lo compran de manera aspiracional.
Con lo anterior, podemos ver que está surgiendo un nuevo tipo de personalidad que precisamente va en sentido opuesto a los influenciadores, que hacen lo opuesto, esto es, emitir juicios de valor propios por igual en una categoría específica, pero indicando que ese producto o servicio está sobrevalorado, o bien que realmente no hace lo que dice hacer o inclusive que existen productos sustitutos que pueden ser mejores y más baratos.
Así un anti influenciador o anti influenciador como algunos los llaman otorgan sus reseñas frías, duras y honestas deshaciendo el trabajo de los influencers.
¿Cómo nacieron los anti influenciadores?
No es una norma, pero muchos de ellos tuvieron su origen como “víctimas” de algún influenciador que les provocó adquirir algún producto o servicio para luego darse cuenta de que ni era tan barato ni bueno lo que habían adquirido, provocándoles molestia y desilusión. Puede que compraron impulsivamente y al reflexionarlo, simplemente se molestaron de su decisión.
Entonces publican sus experiencias con ese tipo de productos o servicios, los comparan y es como nace esta categoría de críticos de esos productos o servicios con una imparcial objetividad, pues no podrán cobrar nada a una marca que están criticando.
Así como existen publicaciones muy serias como “consumers reports” una organización sin fines de lucros que se sostiene por la donación de sus suscriptores y donde no hay anuncios, su valor es que procesan con un rigor muy objetivo los productos que evalúan y comparan, dando así un enfoque claro de qué funciona y qué no funciona. Pues, de la misma manera un anti influenciador procede a evaluar una categoría de producto o servicio de manera objetiva y en lo posible puede desmotivar más que motivar la compra de un producto o servicio.
¿Qué provocan los anti influenciadores?
En palabras simples, puedo definir los siguientes puntos:
- Evitar compras por impulso
- No necesariamente adquirir el producto o servicio que más se observa por ese simple hecho
- Fomentan el ahorro al dar alternativas más económicas a las que impulsa una marca o incluso a no hacer nada por el hecho de no servir
- Hacer conciencia del consumo y de lo que es o no valioso en función de los resultados esperados
- Indicar la realidad de lo que hace o no hace un producto o servicio, permitiendo una toma de decisiones objetiva
Entre otros puntos.
¿Cómo monetiza un anti Influenciador?
Lo que seguro no obtiene es patrocinios de las marcas que enfrenta con sus críticas y comentarios, pero, a cambio de eso gana mucha objetividad y credibilidad.
Sin embargo, las plataformas en redes sociales donde publican tienen esquemas de monetización de contenido por cantidad de visitas o afiliados y así, pueden adquirir ingresos cuando se valor su opinión dentro de la red.
Por otro lado, otras empresas con menos presupuesto pueden verse valoradas por los comentarios de un anti influenciador y optar por publicar anuncios en los espacios de esa persona cuando esa persona los está recomendando de inicio.
Un anti influenciador por naturaleza es frecuentemente convocado para dar conferencias pues su opinión es muy valorada.
Sin duda un camino es ofrecer su opinión haciendo libros que indiquen en detalle sus criterios u opiniones.
Por último, pueden solicitar donaciones mediante crowdfunding, donde sus entusiastas puedan aportar donaciones directas a esa persona. A cambio el anti influenciador puede llegar a ofrecer un contenido más completo a los que pagan o incluso sesiones individuales de comunicación.
Conclusiones
El anti influenciador es una persona con un enfoque más consultivo y honesto que las personas que hacen mercadotecnia de afiliación como los influenciadores que se vuelven embajadores de las marcas que recomiendan.
Si bien no necesariamente pueden ganar tanto como un influenciador si es posible hacer un negocio que en términos reputacionales es más serio.
Sin duda factores como la autenticidad, el pensamiento crítico y el ser una persona modelo a seguir son solo algunos de lo puntos clave a observar de gran valor en este tipo de personalidad. Y con ello es claro que la balanza de seguidores puede repartirse entre los influenciadores y los que los critican, siempre y cuando sea con objetividad.