
Cerrar un ciclo siempre es motivo de reflexión. Y en mi opinión, las empresas más exitosas en 2026 no serán las que tengan más IA, sino las que tengan mejor criterio para afrontar sus negocios. Y es que la IA dejó de ser hoy en día una ventaja y ha pasado a ser infraestructura, dicho de otra forma, la doy como un hecho, como que en tu empresa hay internet y todos usan correo electrónico. Hoy cualquiera puede acceder a modelos avanzados, eso es una realidad.
Entonces, la real diferencia no está en la herramienta, sino en cómo se usa. Las empresas ya no compiten en tecnología, compiten en interpretación Así podemos ver como dos compañías pueden usar el mismo modelo, pero solo una toma mejores decisiones.
Y es que la saturación tecnológica está provocando “miopía estratégica”. De verdad veo demasiadas opciones, demasiados Dashboards, demasiadas métricas… y poca claridad.
Y con este criterio, ya no es un tema de que IA usar, más bien el criterio debe de ser qué decisiones van a merecer ser potenciadas por la IA y cuáles no.
El criterio: la última ventaja no automatizable
El criterio es algo de lo más hermoso que tenemos los humanos. Es lo que nos permite hacer lo que la IA no puede. Es entender el contexto, es tener intuición, es la experiencia acumulada de múltiples aspectos que suceden simultáneamente, es la averción ( o no) al riesgo, es la cultura que cada uno atesora entre muchas otras cosas.
Así vemos y seguiremos viendo avances fascinantes que se vuelven de uso común, pero la interpretación no es replicable. Es nuestro criterio quien define qué automatizar, qué proteger y qué descartar. Y, por otro lado sin criterio, la IA generalmente solo acelerá los errores. Literalmente multiplica el costo de una mala decisión.
Yo espero que en 2026 más que adoptar más y más tecnología, pensemos en adoptar lo indispensable para seguir usando más y más nuestro criterio.
¿Dónde falla nuestro criterio?
Hay muchas formas de devaluar nuestro criterio, pero en general estas son las más comunes:
- Adopción por moda: “Tenemos que usar IA porque todos la usan.”
- Confundir velocidad con progreso: más rápido no es lo mismo que más inteligente.
- Burocracia digital: añadir capas de IA que no resuelven nada.
- Medir por volumen, no por impacto: más datos, más reportes, pero menos claridad.
- Delegar criterio a la herramienta: dependencia ciega en algoritmos que ni sabes quien definió ni como los definió.
- Creer que entrenar a la IA es más importante que entrenar al equipo. Esto lo veo más y más, y en mi opinión es justo al revés. La IA debe verse como una herramienta para el equipo.
- Pensar que automatizar un proceso lo hace mejor. A veces solo hace más rápido un mal proceso. Las formas sistémicas de diseño de procesos siguen vigentes y son más importantes hoy que nunca.
Como aplicar el criterio tecnológico
Si consideramos que criterio es la capacidad de poder tomar buenas decisiones con información incompleta, vemos como la IA no puede tener criterio. Se trata de plantear y entender el problema a resolver, sin enfocarse en que herramienta usar.
El criterio también consiste en saber balancear eficiencia con humanidad, velocidad con estabilidad, automatización con contacto humano, pequeñas variaciones no métricas, tales como el comportamiento, las situaciones que provocan tensión, los temas que crean fricción o pequeñas anomalías en algo que empieza a fallar.
Finalmente, el criterio debe de ponerle límites a la IA, que puede y no puede sugerir, en donde puede y no se puede usar.
Con base en lo anterior, una forma para evaluar cualquier herramienta en 2026 deberá de responder a estas preguntas:
- ¿Qué decisión mejora? Si no mejora ninguna, descártala.
- ¿Qué fricción elimina? Si no reduce fricción, no es eficiencia real.
- ¿Qué riesgo introduce? Toda tecnología trae efectos secundarios.
- ¿Qué parte del negocio no debe tocar? Protección de lo humano.
- ¿Cómo sabremos que funciona? Métricas mínimas, claras y accionables.
Empresas con buen criterio tecnológico
En esencia este tipo de empresas adoptará tecnología que simplifique en vez de complicar, provocando una convergencia de sistemas y tecnologías, valorando que esté todo 100% integrado.
Buenos criterios tecnológicos harán que sus líderes pregunten y decidan mejor y más rápido.
Los colaboradores sentirán claridad en todo lo que hacen sin tener dudas o confusión y, en general, todo proceso automatizado se puede explicar en una frase.
Líderes con buen criterio
En especial con toda la nueva tecnología un líder con buen criterio tecnológico no se deslumbra fácil. Prefiere entender para qué se hace algo en vez de cómo se va a hacer ese algo. Su principal interés es entender el impacto en decisiones, no en “estética digital”.
Busca proteger lo humano: conversaciones, creatividad, diseño y reduce complejidad, no la aumenta. En pocas palabras para este tipo de líderes la IA es una lupa, no un piloto automático.
Conclusión
2026 será el año donde la ventaja no será cuánta IA tienes, sino cuánta claridad puedes generar con ella. La tecnología te da información, pero solo el criterio te da dirección.