
En mi vida profesional, es muy común que empresarios, tomadores de decisión o emprendedores me consulten si determinada tecnología les será útil o no, o, en casos peores, me piden saber cómo empezar a usar cierta tecnología de la que todo mundo habla, en pocas palabras, lo que no me dicen, pero yo infiero es un grito de ayuda de cómo decidir si una tecnología les será una oportunidad o solo será una distracción.
La obsesión tecnológica
Yo puedo percibir que no es fácil dejarse seducir por toda la información que se recibe, porque vivimos en una era donde parece obligatorio adoptar lo nuevo para no “quedarse atrás”. Es una especie de FOMO tecnológico (del inglés: Fear of Missing Out): donde las decisiones son reactivas en vez de ser estratégicas, creando una especie de “obsesión tecnológica” sin analizar la realidad de la empresa y de su segmento de mercado, de sus clientes, sus proveedores, etcétera.
“¿Para qué?”: ESA es la pregunta que a pocos se les ocurre
Así es, la mayoría de los decisores o estrategas tienen la curiosidad de la adopción tecnología desde la presión grupal a la que se someten, en vez de pensar en la intención que atiende (o no) la tecnología.
Así se aprecia que el error más común consiste en empezar a cuestionar todo por la tecnología y no por un problema propio, que es lo que debería de ser el orden lógico para pensar en una determinada solución, esto es, se debe de observar un problema para entonces pensar en una solución, en vez de pensar en tecnología para resolver problemas y luego pensar si se tiene o no ese problema. Suena ridículo, lo sé, pero, así de ridículo es lo que sucede en empresas de todo tamaño.
3 categorías de tecnología ANTES de pensar en una solución
Aquí es donde empezamos a clasificar la usabilidad de la tecnología, diferenciando 3 diferentes situaciones de su uso:
- Moda tecnológica: Esta es la peor categoría porque se está reaccionando a lo que se escucha en todos los medios, se distingue porque hace mucho ruido, de entrada (si se llega siquiera a estudiar) provoca muy poco retorno sobre la inversión realizada, todo se basa en esperanza o ilusiones de altas promesas y, en la realidad hay muy baja adopción, todo es simplemente “buzz” o “ruido que se escucha en resdes sociales y espacios similares”.
- Tecnología útil pero no estratégica: Definitivamente sirve, tal vez simplifica o resuelve algo que era deficiente, pero no cambia el juego a manera de una transformación digital que trae consigo un decremento alto de costos operativos, un crecimiento enorme de clientes y negocio, y una rentabilidad excepcional. No, nada de esto sucede, si acaso, hay algo de eficiencia y es todo.
- Tecnología generadora de ventaja competitiva: Esto es, lo que SIEMPRE debería de ser, porque cambia el nivel de los costos, acelera la velocidad, La experiencia del cliente es excepcional y como consecuencia provoca un cambio significativo en el modelo de negocio.
6 Criterios clave para evaluar si vale la pena cierta tecnología
Sin pensar en fórmulas sofisticadas (porque si existen), pero buscando rigor ejecutivo, estos puntos son los que te sugiero evaluar, uno por uno para que solo se adopte en tu negocio lo que realmente es más valioso y no lo que es de más moda.
- Impacto en el negocio: ¿resuelve un problema crítico o mejora algo marginal? Puedes poner una escala de 1 a 5.
- Tiempo al beneficio: ¿cuándo empieza a generar retorno real? Obviamente, mientras más corto sea el tiempo para observar los beneficios será mejor adquirir eso que evalúas.
- Costo total de adopción: no solo licencia, incluye talento, cambio cultural, procesos, mantenimiento. Esto realmente obedece al conocido método de TCO o Total Cost of Ownership. Para ello te recomiendo estos 2 artículos que profundizan en este tema:
- Como medir el valor de la tecnología en el negocio:https://mpolishuk.blog/2023/07/03/como-medir-el-valor-de-la-tecnologia-para-el-negocio/
- TCO vs TEI: evaluando costos y beneficios estratégicamente:https://mpolishuk.blog/2024/11/04/tco-vs-tei-evaluando-costos-y-beneficios-estrategicamente/
- Diferenciación vs. imitación: ¿me dará ventaja o solo me pone al día con los demás? Siempre debemos de buscar la ventaja competitiva más que “ponernos al día”. A veces “ponerse al día” provoca grandes costos sin grandes beneficios, y si es el caso, quedarse como se está puede ser lo más lógico.
- Capacidad interna: ¿tenemos el talento, la cultura y el tiempo para sostenerla? He visto muchas veces que se paga mucho por algo que cuesta mucho trabajo y costos ponerlo a funcionar sin lograr una transformación digital que realmente lo amerite.
- Checklist breve antes de invertir en una tecnología: Por último, evalúa cómo te sientes al responder estas preguntas, te servirán para medir la situación interna de tu empresa, sin “ver a los lados”
- ¿Estoy resolviendo un problema real o validando una moda?¿Qué pasa si no lo adopto en 12-24 meses? (riesgo real, no imaginario)¿Estoy preparado para la curva de adopción interna?
- ¿Cuál es la métrica concreta que indicará que fue una buena decisión?
- ¿Estoy preparado para la curva de adopción interna?
Conclusiones
1. ¿Por qué lo nuevo no siempre es lo mejor?
En principio, una mala adopción es peor que quedarse como se está. Cuando menos se conoce el nivel de gastos y costos, contra algo que a futuro, si no funciona, será más costo y con más gastos.
2. Riesgos de adoptar sin criterio
Al hacer esto se va a gastar más en integración que en innovación. Asimismo, es muy probable que se genere una dependencia de un proveedor “de moda” que inclusive, en el corto plazo, hasta desaparezca. Lo anterior siempre provocará un fenómeno grupal en la empresa de frustración interna despreciando el impacto de la tecnología en el negocio y por consecuencia creando una reacción de nunca querer adoptar nuevas tecnologías, cuando algunas si serían de gran utilidad.
3. La tecnología no es decisión de TI, es una decisión de negocio
La pregunta clave no es si funciona, sino si provoca una o varias ventajas competitivas. Así podemos concluir que el verdadero poder no está en ser el primero en adoptar, sino en ser el primero en usar algo con sentido.