
Este término resulta de fusionar la palabra “achicar” con la palabra “inflación” y es que hoy en día estamos experimentando exactamente esto, una reducción significativa en los productos o servicios, por un lado, y por el otro un aumento en su precio.
¿Las bolsitas de frituras han subido su precio y tienen menos producto? ¿La rebanada de pastel se achicó y el precio subió? ¿Un servicio ahora dura menos y cuesta más? Estos son solo ejemplos de esta situación.
¿Por qué sucede la enchicaflación?
La enchicaflación ocurre cuando una empresa de manufactura o un proveedor de servicios ofrece menos y cobra más y esto se debe en gran medida a que a su vez esas empresas reciben la materia prima con un costo más alto o bien en el caso de empresas de servicios sus costos de operación han aumentado por igual desproporcionalmente.
En otros casos el comportamiento de los consumidores se muestra más sensible a los incrementos en los precios pues en un caso común, el precio de lo que se compra es casi igual que antes, pero se recibe menos de lo que antes se recibía.
Un factor adicional es el incremento desproporcional de nuevos competidores, y por ello, se busca mantener el precio a pesar de ya no ofrecer lo mismo, sino mucho menos de lo que se ofrecía antes.
¿Cómo detectar y evitar la enchicaflación?
Ahora más que nunca se debe estar alerta a la hora de adquirir cualquier producto o servicio de diversos puntos entre los que destacan:
- Leer las etiquetas de los productos y empaques. Allí se debe de indicar la cantidad del producto ofrecido o el tiempo del servicio, así como los ingredientes o sus características
- Comparar precios unitarios. Si se compra por ejemplo papel de baño, se debe de ver el costo por hoja individual, en vez de dejarse llevar por la cantidad de rollos que tiene cada paquete.
- Buscar alternativas. Ahora más que nunca se debe de comparar entre la gran diversidad de productos o servicios, ver sus diferencias y priorizar lo que más nos interesa de cada bien o servicio adquirido.
- Ejercer nuestro derecho a quejarse. Te sorprendería ver empresas pueden considerar excepciones de clientes insatisfechos, a veces compensando al que se queja en lo individual y en otras ocasiones cuando son muchos los que se quejan si puede llegarse a ver un cambio en lo que se ha modificado.
- Flexibilidad. Como consumidores también puede haber cambios en la forma de comprar. A veces puede ser que se hagan grupos de compra para adquirir de otra forma un producto que en empaques individuales no hace sentido, pero al adquirirse en altos volúmenes cada persona puede adquirir la cantidad exacta de lo que se desea.
Conclusión
Lejos de ver a la enchicaflación como algo temporal, veo que esto será algo común por mucho tiempo por lo que lo ideal es tomar acciones proactivas ante lo que más nos afecte y estar más y mejor informados de dónde comprar y/o cuando comprar, por ejemplo, ciertas cadenas de autoservicio un mes al año efectúan una temporada de descuentos significativos en compras de volumen, dando un producto gratis por cada 3 adquiridos, por dar un ejemplo, y es así como podemos ver compensado el sobreprecio de lo adquirido si es que se pueden efectuar compras de volumen.
En otros casos el empleo de alertas en productos o servicios dentro de distintos buscadores puede ser la solución para que cuando un producto o servicio esté en el rango del precio que nos haga sentido, se nos avise para comprar.
Sin duda, el consumidor ahora debe de estar más alerta y más preparado.