El abuso de las startups: ¡Ya basta no tener utilidades!

En noviembre de 2022 publiqué este episodio en mi podcast (Startups VS empresas dar click aquí) . En esta ocasión, quiero complementar lo que platicaba allí con esta publicación, pues estoy viviendo en persona el dolor ajeno de gente que estimo de muchas décadas que se fue a trabajar a este tipo de “emprendimientos” para que su talento sea mal aprovechado, en un ambiente totalmente mal organizado y en especial buscando como una métrica de su éxito el ver cuanto dinero pueden recolectar de otras personas para seguir “operando” sin éxito sus actividades.

Anatomía de la startup

Las startups son empresas emergentes que se encuentran en una etapa temprana de desarrollo. Son conocidas por su innovación, su potencial de crecimiento y su cultura de trabajo de ritmo rápido. Su principal atributo es que al estar fuertemente ligadas a tecnología, muchas veces convencional y otras tantas veces emergente supuestamente son propensas a un rápido crecimiento, y para ese rápido crecimiento demandan de mucho capital de trabajo. Supuestamente, las startups ofrecen oportunidades emocionantes, experiencias de aprendizaje únicas y la posibilidad de ser parte de un equipo que está construyendo algo desde cero. Todo puede variar según el sector, el tamaño y la cultura de cada empresa en particular.

Hasta aquí, lo único diferente entre cualquier emprendimiento, es este “apetito feroz” de una startup por requerir de un gran capital de inicio para operar comparado con cualquier otro emprendimiento personal al que no le llamamos “startup”.

De finales de la década de los 90 a finales de 2023: ¿qué cambió?

Viví de frente la emocionante época de las “.COM” que se apalancó de internet y la web para provocar un surgimiento increíble de nuevos negocios y servicios.

Las empresas existentes entonces, sacaban iniciativas de sus versiones en internet, unas muy bien, otras muy pero muy mal, en tanto que las empresas 100% nativas en internet tenían grandes diferencias con respecto a las startups hoy.

En aquel entonces:

  1. Un grupo de emprendedores con la mayoría de sus recursos PROPIOS arrancaban una idea, llamémosle Amazon, Ebay, o muchas, muchas más. O sus fundadores le invirtieron, o jalaron a sus familiares cercanos a hacerlo.
  2. Al ver que tenían CLIENTES y un futuro muy prometedor, notaron la necesidad de contar con más infraestructura propia, que entonces no podía ser en la nube como servicio, donde hoy, por prácticamente NADA de dinero, resuelves ese problema de la infraestructura, que puedes contratar bajo demanda y como un servicio. Eso entonces NO existía, y como consecuencia, tenías que recolectar dinero para comprar.
  3. Entonces, diversas figuras como los “venture capitalists” o fondos de inversión de capital de riesgo, estudiaban tu caso y si optaban por apoyarte, se quedaban de entrada con buena parte del negocio.
  4. Posteriormente, cuando el negocio se veía bien, pasaban a nuevas rondas de inversión, “angel money” o dinero literalmente de “ángeles” que le entraban a tu idea

Y así podemos ver a estos negocios que por decenas de años mostraron su gran capacidad de hacer y luego pedir dinero.

Hoy las cosas no son así..

¿Empresarios emprendedores o “limosneros profesionales”?

Así es, alguien lo tiene que decir como es. Salvo honrosas excepciones, muy honrosas y muy excepcionales, hoy vemos que una brutal mayoría de las startups cuentan con fundadores que saben venderte la idea muy bien, que te muestran lo maravilloso que será lo que te proponen y donde todo funciona muy bien en la presentación que te exponen sin jamás siquiera haberse dedicado al negocio que te están proponiendo. Es más, la mayoría ni clientes tienen cuando ya están pidiendo dinero para arrancar, y eso, eso es simplemente devastador.

He hablado con muchas de estas personas que sí, reconozco le “meten” dinero propio, pero ni de broma ingresan lo que piden a otras personas y empresas. Son cantidades extravagantes donde “en lo que desarrollan el negocio” viven de ese dinerito.

Luego, ese dinerito se acaba, pues no tienen clientes, como debería de ser y… ¡piden más dinero! Y esto se repite y se repite y se repite hasta que una de dos cosas pasa:

  1. O tienen “éxito” y cuando menos logran no perder por mucho tiempo en los pocos casos exitosos y en otros más escasos hasta utilidades logran
  2. O sus inversionistas se cansan de pagar por no ver resultados y se acaba la startup.

Simplemente, llámame anticuado si gustas, pero, un negocio que no da utilidades no puede llamarse negocio, y si eso se llama “startup”, ni hablar… así esto pues de las susodichas “empresas emergentes”.

Lo malo y lo feo de una startup

Para complementar todo lo anterior, simplemente enumero algunos factores comunes en este tipo de “negocios”:

  • Inestabilidad financiera: Como lo comenté, las startups suelen tener recursos financieros limitados y pueden estar en constante búsqueda de inversores o financiamiento. Esto puede generar incertidumbre en cuanto a la estabilidad laboral y la capacidad de cumplir con las obligaciones financieras, pues no hacen negocio por mucho tiempo, esto es, vender…
  • Alto riesgo: Dado que muchas startups están en la etapa inicial de desarrollo, existe un riesgo significativo de fracaso. Esto puede hacer que trabajar en una startup sea una apuesta arriesgada en comparación con empleos en empresas establecidas “a la antigüita” esto es, empezando con algunos clientes, creciendo poquito, luego teniendo más clientes, creciendo más y luego, solo luego buscando financiamiento, incluso el acariciar ser empresas públicas cotizando en el mercado de valores.
  • Carga de trabajo intensa: En muchas startups, los empleados deben desempeñar múltiples roles y asumir una carga de trabajo intensa debido a la falta de personal. Esto puede llevar a largas horas de trabajo y un equilibrio entre vida laboral y personal comprometido. Yo veo este patrón frecuentemente, y lo ligo a que no se dieron a la tarea de crear objetivos medibles, no estrategias que respondieran a esos objetivos ni procesos que accionen esas estrategias, en pocas palabras todo es un caos.
  • Presión para el crecimiento rápido: Muchas startups están bajo presión constante para crecer rápidamente y alcanzar métricas de crecimiento. Esto puede conducir a decisiones a corto plazo que no son sostenibles a largo plazo y a una cultura de trabajo desorganizada.

En fin, esto es una aventura empresarial mal planeada en la mayoría de los casos.

Conclusión: si no te he desanimado, aquí mis sugerencias

Insisto: creo en los negocios autofinanciados, y claro, reconozco que es necesario conseguir financiamiento o capital, pero solo después de demostrar la viabilidad de un negocio. Simplemente, no puede ser que un negocio no de utilidades ¡Por años!

Sin embargo, si busco ser constructivo puedo recomendar que si vas a entrar a este tipo de “ambientes”:

  • Investigues tu idea de negocio cuidadosamente. Asegúrate de que hay una necesidad real para ese producto o servicio y de que el mercado es lo suficientemente grande como para respaldar su crecimiento. Asegúrate también que lo que piensas aportar es legal, que respeta la ley y que no base su éxito en recibir dinero sin pagar impuestos, por ejemplo.
  • Haz bien tus números. Asegúrate de tener un plan financiero sólido que tenga en cuenta los costos de inicio y los gastos operativos, esto después de:
  • Asegúrate de tener clientes primero: Si lo que vas a hacer no cubre con una oportunidad para le mercado, por favor, por más romántica que sea tu idea, no es correcta. Siempre es mejor empezar con clientes y que ellos sean tu vehículo principal de mercadotecnia, en pocas palabras, no clientes, no startup.
  • Usa la nube, infraestructura, plataforma y software como servicio: No hay pretexto que valga, hay múltiples opciones al alcance de prácticamente cualquier cartera para contar con la tecnología como un servicio, sin estar pidiendo dinero por todas partes. Esto en especial si lo que vas a hacer está basado en tecnologías de la información y telecomunicaciones. Hay modelos de pago bajo demanda, donde pagas una vez que cobraste, no hay nada mejor que eso para demostrar la posibilidad de siempre ganar. Y no hay una sola opción, hay varias, todas ellas muy buenas para no tener que estar pidiendo dinero, pues ni un lugar para tener físicamente la tecnología se requiere.

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