
Tal vez este es el aspecto que más espanta a todos cuando escuchamos hablar de inteligencia artificial (IA).
Y, para estas alturas, trabajando en el medio de tecnología y negocios por casi 43 años, puedo afirmarte que este patrón es algo que se repite.
Un ejemplo que tengo muy claro es con la aparición de las computadoras personales en el medio empresarial. Suena hoy ridículo, pero, dando soporte técnico, era notorio que las personas encargadas de la contabilidad en las empresas saboteaban los equipos PC. Les metían clips en la tarjeta madre provocando corto circuitos. Al atrapar a estas personas y “hacerlas confesar” su motivo era un disparate: sentían que la computadora les iba a quitar su trabajo.
Y es que, en ese entonces, la forma de llevar los asientos contables era en un libro diario y otro conocido como libro mayor. En el libro diario se asentaban todos los movimientos de la empresa, y en el libro mayor se definían los movimientos divididos por asientos contables, y normalmente recuerdo era una gran hoja del tamaño de un poster plagado de “cuentas T”.
Al llegar la PC y empezar a usar hojas de cálculo (la primera se llamó Visicalc, luego Lotus 123 y posteriormente Excel) la necesidad de llevar esto en papel empezó a diluirse, pero hubo algunas personas de contabilidad que en vez de aprovechar estas tecnologías, se aferraban al papel, y como consecuencia odiaban a la PC.
¿Te imaginas hoy a alguien de contabilidad que no use una PC? Simplemente, imposible.
Y si te pongo otro ejemplo, un empleo muy popular con el inicio de la telefonía lo fueron las operadoras, y digo “las” porque era la inmensa mayoría de las personas dedicadas a esto del género femenino. En pocas palabras, las llamadas no se hacían de persona a persona, pasaban por un sitio que manualmente enlazaba tu llamada con tu destinatario. Te contestaba la operadora, que era la intermediaria para establecer tu llamada. Este empleo era muy popular, y me atrevo a decir que miles de personas llevaban esta tarea, que no era nada interesante, era aburrida, pero alguien tenía que hacerla.
A inicios del siglo 20, se inventa el sistema de interconexión de llamadas automatizado eliminando la necesidad de este puesto, que prevaleció por muchas décadas en México para llamadas entre estados y para conectar con otros países, pero para llamadas locales, de golpe, desapareció.
Y al desaparecer, miles de personas perdieron su trabajo de golpe. Algunas personas no pudieron conseguir otro trabajo, pero ¿sabes que creció entonces para todas esas personas que perdieron su trabajo como operadoras? Se volvieron, secretarias, entre otros oficios., y te puedo afirmar que desde siempre ha habido más secretarias que operadoras telefónicas.
El oficio de secretaria se ha mantenido por decenas de años. Ha evolucionado, pero, sigue allí.
Digo todo lo anterior precisamente porque a mi juicio, la IA está por hacer lo mismo, en múltiples empresas, giros y puestos de trabajo.
Mucha, muchísima gente perderá puestos de trabajo en especial muy aburridos. Yo no le veo gran emoción a revisar pólizas de seguros, por darte un ejemplo, o reportes de accidentes. Siento que es aburrido y no le aporta oportunidad de crecer a las personas que hacen esto. La IA hace esto mucho mejor y sin errores prácticamente, a velocidades no comparables. Pero, al igual que con la evolución de una operadora a un puesto secretarial, vemos que la evolución provocó a crecer en habilidades, en usar su criterio e inteligencia, en vez de estar poniendo un cable conectado de un orificio a otro.
En mi opinión, la IA hará por nosotros todo lo que nos es aburrido, nos apoyará cada vez más con tareas que no demandan de verdadera inteligencia, y si todo es como lo veo, dará nacimiento a muchos nuevos puestos de trabajo para interpretar el contexto de situaciones complicadas y los datos serán extraídos para su interpretación por distintas herramientas de la IA.
Como conclusión, si, algunos trabajos ya no tendrán razón de ser, pero ante una nueva tecnología, la cantidad de puestos de trabajo crece fenomenalmente.
El error es pensar que el trabajo es algo estático y que siempre debe de ser el mismo. NO. El trabajo es afectado por el entorno y es 100% dinámico. Un contador de hace 30 o 40 años no es ni la sombra de lo que es un contador hoy, y seguimos necesitando de esos profesionales, pero, a mi me espantaría que no usara una computadora y llevara todo a mano, por ejemplo.
Y así como esto, un ingeniero en sistemas de hace 30 años si no evolucionó simplemente ya no puede hacer nada.
Cada año surgen nuevas e interesantes profesiones y áreas de concentración, orientadas a la analítica de datos, a la sustentabilidad, a la prevención de fraude, en fin, todo lo nuevo trae nuevos problemas y necesidades para los cuales se requiere de un especialista de algo que antes simplemente no existía.
¿Qué hacer? Ver el entorno y actuar en consecuencia. Lo peor a hacer: pensar que nada cambia y que lo que haces será siempre lo mismo. Muy pocas profesiones o actividades tienen este comportamiento, y en lo personal, creo que son las actividades más aburridas. Así que, ¡animo! Adopta lo nuevo por venir con gusto y no con miedo, pues a lo único que le debemos de temer es al miedo mismo.